Se trata de un restaurante íntimo, creado para que 16 comensales vivan una experiencia integral, cercana al proceso de elaboración de los platos que van a probar: estar en Huniik se convierte en un encuentro por medio de una cocina que se construye sin muros ni barreras.

Huniik busca ofrecer una experiencia innovadora. La arquitectura y el interiorismo han sido diseñados por el artista cubano Jorge Pardo, socio de este proyecto. La propuesta de Pardo establece un diálogo entre la cocina de Solís y el espacio que la contiene, vinculándolos; lo anterior derivado de una interpretación que realiza Pardo de la propuesta gastronómica de Solís.

En Huniik, Roberto Solís y su equipo han creado una cocina yucateca tan contemporánea como personal. Y el intercambio no se da sólo con los comensales: el restaurante trabaja de la mano con pequeños productores locales que proveen ingredientes de la región a partir de un esquema de comercio justo, y le permite al mismo tiempo manejar criterios de sustentabilidad al emplear productos locales y de temporada. Solís aprovecha la riqueza de la materia prima y los sabores esenciales de la cocina tradicional yucateca y los traduce en platos que reflejan la mirada del presente, aunque ofrece de igual manera platillos tradicionales en su forma más pura.

La cocina abierta de Huniik tiene la intención de reducir la distancia y así propiciar el diálogo, permitir que se contemple la transformación de los ingredientes, invitar a los visitantes a involucrarse en el proceso y tener una experiencia cálida y cercana, en una de las ciudades de mayor dinamismo cultural del país.